
En medio de la felicidad,
cuando la dicha te había sorprendido.
parece que se sobreviene la fatalidad
un relámpago interrumpe
y su cuerpo se desploma fulminado.
Mi corazón se partió
el dolor me rasgó los huesos.
un lamento me atraganta la voz
el silencio duele más
que mil tormentos.
Tu mano ya no cierne la mía,
tengo sólo desconsuelo
me atormenta tu ausencia
el llanto ha cegado mis ojos
Pero tengo miedo,
proclamo que has vivido
y que seguirás viviendo,
porque ya la vida
ha vencido en ti.
No el dolor no cesa
no hay remilgos ni componendas
pero no hay miedo,
hay paz, luz serena.