sábado, 6 de agosto de 2011

Lima la nueva




Bajo el cielo nublado
florecen tanta hiedra,
residen geranios, magnolias y jazmines,
helechos, palmeras y cactus.

Bajo la húmeda penumbra de invierno
la ciudad es hogar y es luna,
acogida en esperanza,
dolor que se hace lucha continua.

Lima tiene fuerza, calor, recia alegría.
No se está quieta,
muere mil veces,
cada día resucita.
De vez en cuando se viste de luz,
de colores, de belleza.

Fuiste señora, dama majestuosa,
también diosa, madre y principio;
india, mestiza y blanca,
en ti se hacen realidad
todas las mezclas.

Me pierdo en tus venas,
me ahogo de tus olores,
me apego y me reencuentro
como en una madriguera mi casa.
me enamoras y me pierdes,
luz y oscuridad.
Te amo y te detesto;
pero es imposible olvidarte
ni pasar por ti indiferente.

Oscura niebla de la mañana
no me escondas mi ciudad,
no me señales, no me grites,
acógeme en tus micros
de gente solidaria,
y enseñáme a vivir en tus calles
y a construirte, siempre bella.