martes, 21 de julio de 2009

Esos ojos que no me miran.


Cuánto la deseo,
y cuánto la idolatro,
tanto que me bastaría con sólo verla.
Cada vez que se pone coqueta, me lleva...

Y es que tiene los ojos frescos, risueños,
allí se esconde, se refugia,
me encanta mirarlos, ella se estremece,
allí guarda sus secretos.

Qué ojos más tiernos,
más ingenuos,
En ellos descanso y por ellos creo.
Ojalá algún día al mirarlos
me sienta reflejado,
me encuentre en su universo.
Encontrarme en ellos, sí
podría significar que he llegado.
haber encontrado mi lugar
y mi tiempo.

Qué ojos más tiernos,
ellos pagan toda la crueldad con que me trata, a veces.
Ellos me reconquistan cuando me venzo.
Será mirada limpia, sincera,
mirada que abre un alma no extrenada, no admitida
reservada, llena de deseos.

Su mirada me conquista y ya no busco más
me sosiega, porque tiene todo lo que he buscado,
sabia e inocente,
antigua y renovada.
profunda y sencilla,
cambiante y perenne.
Me acurruco y reposo,
la llenaría de dones y ofrendas,
sería siempre su siervo
si ella se dignase mirarme.
Seguro estaría de que alguien me mira,
me acompaña,
me revela, me impulsa a la vida,
me quiere.

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